domingo, 28 de abril de 2013

Ayer

Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva,
sabiéndote infeliz y a la deriva,
con tus dudas selladas en la frente.

Ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva,
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente.

Ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre,
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre,
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.

MARIO BENEDETTI


lunes, 22 de abril de 2013

Nunca dejaría de columpiarte.


¿Qué te pasa ?
- No sé como decírtelo.
- Intenta explicarlo,o ¿tampoco sabes, como de costumbre?
- Es difícil, pero lo intentaré. Siéntate en el columpio, hazme caso, solo así lo entenderás.
- Ya estoy en el columpio, ¿Ahora qué?
- Comienza a columpiarte y una vez cogido impulso cierra los ojos ¿Notas esas cosquillas en el estomago? A mí no me hace falta columpiarme para sentirlas. Las tengo cada vez que te veo, cada vez que me hablas, cada vez que oigo tu nombre.
- ¿De verdad? No sé que decir...
- No, pero aún no acaba.. ¡No abras los ojos! Sigue cogiendo impulso y suelta una mano.
- ¿Qué? ¿Tú quieres matarme?
- Hazme caso, confía en mi. Suelta una mano. ¿Has visto que sensación? Parece que te vayas a caer, se te corta el aire y se te acelera el corazón. Eso me pasa cada vez que te separas de mi, cada vez que te noto distante.
- Pero...
- No digas nada, no abras los ojos. Déjame impulsarte, y solo abre los ojos cada vez que estés arriba, y mira al cielo ¿Vale?
- ¿Y esto? ¿Cual es esta sensación?
- Solo contigo siento que toco el cielo, siento que vuelo.
- ¿Tanto me quieres?
- Nunca dejaría de columpiarte.

Cosas que no se borran y regresan. Como la marea.

Basta. Estoy fuera. 
De los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy perdida. 
Antes o después las cosas que has dejado atrás, te alcanzan. 
Y las cosas más estúpidas, cuando estás enamorado, las recuerdas como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. 
Y me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño.
Basta. 
Déjame. 
Ponlo de nuevo todo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta de llave. 
En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. 
Escóndelos bien, te lo ruego, donde no duelan tanto, donde nadie pueda verlos. 
Donde tú tampoco los puedas ver.

viernes, 19 de abril de 2013

Mi torpeza y la mala leche de después.


Después de tanto, he decidido que seas mi despiste y que sólo existas en las 
arrugas de mi cara, que formo en ocasiones especiales, 
cuando pierdo el autobús, las llaves o algún poema. 
Cuando me estampo contra algún cristal, tan transparentes son los cristales a veces...
Cuando escucho una canción quince veces. Seguidas. 
Ahí estás, reinando el laberinto de las noches en que no encuentro el cuarto de baño, 
cuando el mundo deja de ser algo conocido y me pierdo unos segundos. 
He decidido que seas mi torpeza y la mala leche de después. 
Ahí te he colocado, en mi cara de idiota, porque a las personas, cuando pasan por tu vida, tienes que ponerlas en algún sitio, saber qué fueron y acomodarlas. Porque luego unas serán un silencio mientras hablas sobre verduras, otras serán un suspiro mientras buscas el desodorante y otras, como tú, serán un berrido, un subliminal insulto a nadie después de meter el pie en el único charco que había en la calle.

No hay sirenas

Todos necesitamos algo que aporte un poco de magia para enfrentarnos a la arbitrariedad del mundo, algo que nos ayude a tapar los oídos, como Ulises.
Sólo que a veces, no es para no oír las sirenas, sino para no oír que no hay sirenas.


miércoles, 17 de abril de 2013

¿Te atreves?

Soy prohibida. Soy clandestina. 
Soy esa fiebre de tu ser. Soy el vicio de tu piel.
Soy caliente. Soy fría.
Soy una negación y una afirmativa.
Soy diversión. Soy satisfacción.
Soy aventura. Soy osadía.
Soy tu imaginación en la intimidad. 
Soy la llama que aviva tu fuego interno.
Soy tu castigo, tu perdición. 
Soy tu calma y tu agitación. 
Soy tus sentimientos más ocultos.
Soy tus sueños. Soy un privilegio. 
Soy placer. Soy pecado.
Soy ese nombre que jamás olvidarás.

martes, 16 de abril de 2013

Acuérdate de soltarlo.

Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua.
Todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? 
Sin embargo, preguntó:
- ¿Cuánto pesa este vaso?

Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.
Pero entonces el psicólogo respondió: 
"El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo 1 hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve."

Y continuó: "Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada."


jueves, 11 de abril de 2013

"V"

¡Voilà! 
A primera Vista un humilde Veterano de VodeVil en el papel de 
Víctima y Villano por Vicisitudes del destino, 
este “Visage”, ya no más Velo de Vanidad, es un Vestigio de la 
Vox populi, ahora Vacua desVanecida. 
Sin embargo, esta Valerosa Visión de una extinta Vejación se siente reViVida 
y ha hecho Voto de Vencer el Vil Veneno de estas Víboras en aVanzada 
que Vela por los Violentos Viciosos y por la Violación de la Voluntad.
El único Veredicto es Venganza, Vendetta, como Voto, y no en Vano, 
pues la Valía y Veracidad de ésta un día Vindicará al Vigilante y al Virtuoso. 
La Verdad, esta Vichysoisse de Verborrea se está Volviendo muy Verbosa. 
Así que sólo añadiré que es un Verdadero placer conocerte 
y que puedes llamarme "V".


miércoles, 10 de abril de 2013

Hoy quemé tu carta


Hoy quemé tu carta. 
La única carta que me escribiste.
 Yo te he estado escribiendo (sin que lo supieras) día tras día. 
A veces con amor, a veces con desolación, a veces con rencor. 
Tu carta la conozco de memoria: catorce líneas, ochenta y ocho palabras, diecinueve comas, once puntos seguidos, diecisiete acentos ortográficos 
y ni una sola verdad.


jueves, 4 de abril de 2013

Sólo estamos el silencio y yo

La música de fondo de mi vida es el silencio, porque es el que más habla.

Estoy sentada en mi cama, con las rodillas cerca del pecho para intentar hacerme más pequeña y para intentar relajar los sentimientos que invaden mi mente. 
No hay nadie, sólo estamos el silencio y yo.

Y sigo aquí, perdida. Hablando conmigo misma sin decir palabra y revisando mi pasado por etapas. Miles de fallos, errores, caídas, equivocaciones...
Lo cierto es que me sigo sintiendo tan sola como en aquel entonces. Nadie ha estado nunca ahí, a mi lado, para frenar mis nefastos pensamientos. Cierro los ojos por milésima vez.
Me he perdido ya tantas veces. Empiezo a pensar que estoy intentando un imposible, pero soy incapaz de pararlo. Perpleja, turbada, confusa.

Ella. Ella y yo. Ella sin mí. Yo sin ella.

Todo a mi alrededor me conduce a ella, y por más que trate de esconderme su recuerdo me persigue. 

Su increíble sonrisa, sus ojos brillantes clavándose en los míos, su pelo entre mis dedos, su voz entrecortada y nerviosa, cada gesto, por pequeño que sea. Adoro cada uno de sus detalles. Me hacen falta sus abrazos, sus caricias y sus besos.
Mas, cuando despierto no hay nadie a mi lado, solo un vacío, un frío intenso. 
Se desvanece como la espuma.
Es mi vuelta a la realidad.
No hay nadie, sólo estamos el silencio y yo.

lunes, 1 de abril de 2013

One and only

Has permanecido en mi mente,
me encariñé cada día más.
Me pierdo en el tiempo pensando en tu cara.
Sólo Dios sabe porque me está llevando tanto tiempo
despejar mis dudas
Pero tú eres lo único que quiero.

No sé porque estoy asustada, si he estado aquí antes.
Cada sensación, cada palabra, lo he imaginado todo.
Nunca lo sabrás si no lo intentas.
Olvida tu pasado y simplemente sé mía.

Te reto a que me dejes ser la única.
Prometo que soy digna de estar entre tus brazos,
así que, vamos, dame la oportunidad
para demostrarte, que soy la única
que puedo caminar esa milla hasta el final.

¿He estado en tu mente?
Te quedas colgada de cada palabras que digo,
te pierdes en el tiempo, cuando escuchas mencionar mi nombre
Alguna vez sabré como se siente tenerte cerca
y que me digas que en cualquier camino que elija, me seguirás.

Sé que no es fácil entregar tu corazón.
Te reto a que me dejes ser la única.