jueves, 7 de noviembre de 2013

Yo he sido tan feliz contigo

Tal vez porque esta noche
no vaya a ser lo que se dice
una noche inolvidable… no por ti.
La culpa es mía por fingir que todo me da risa
y que la culpa es de la prisa o es del frío,
pero vamos… que yo sé que es culpa mía.

Que curioso es el silencio,
no sé qué es lo que es,
pero hay algo en nuestras vidas
y en esta noche yo enloquecería
si al amanecer te fueras sin haberte dicho:
que yo he sido tan feliz contigo.


A veces sueño que no amanece, que nos perdemos,
y un firmamento de estrellas me da el aliento
que lo oiga el mundo entero:

yo he sido tan feliz contigo”.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Cómo manejas la adversidad?

 Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y de lo difíciles que le resultaban las cosas día a día. No sabía cómo hacer para seguir adelante y a veces hasta creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar, desganada. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro mayor.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaba haciendo su padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Empezó sacando las zanahorias, luego los huevos y por último el café.
Mirando a su hija le dijo: “Querida, ¿qué ves?”. 
“Zanahorias, huevos y café” fue su respuesta.
Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: “¿Qué significa todo esto padre?”.
Él le explicó que los tres elementos se habían enfrentado a una misma adversidad: el agua hirviendo. Sin embargo, habían reaccionado de forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
“¿Cual eres tú?”, le preguntó a su hija. “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o café?”.
Y ahora, dime ¿Cómo eres tú? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte al principio pero cuando la adversidad te toca, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?, ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, que posee un espíritu fluido, pero después de la adversidad te vuelves duro y rígido?¿O eres como los granos de café que aunque parezcan duros y amargos cuando llega una adversidad hacen que las cosas a su alrededor mejoren?.


Cuando habla el maestro, el alumno calla, escucha y aprende.


Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes que el reloj sonara.
Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. 
Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso o puedo dar gracias porque las plantas están siendo regadas.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente y cuerpo .
Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy, soy el escultor.
Lo que suceda hoy depende de mi, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Que tengas un gran día… a menos que tengas otros planes.