viernes, 17 de mayo de 2013

He caído sola en esto

Lo siento, pero dejé de entenderte. 
Y me cansé de seguirte. Me cansé de intentar cruzar todos tus límites, tropezando cada día con la misma piedra. Me cansé de darlo todo por ti, para hacer que te sintieras segura y confiaras en mi, para que no soltaras mi mano. Murieron mis ganas con cada una de tus palabras. Me cansé de tus extremismos, de la bipolaridad que te invade, y conseguiste sacarme de quicio. Me cansé de preocuparme tanto por ti, de inventar pequeños detalles que tan poco te importaban. Me cansé de no verte, de no poder saber como era tu sonrisa, cómo bajabas la mirada cuando te ruborizabas o cómo sabían tus abrazos.
Cuando lo único que haces es esperar, el tiempo corre muy lentamente y consume tus energías, dejándote tirada, abatida y pensando en cada esquina. 
No puedo explicarte demasiado mi situación, porque por mucho que lo intente, todo se resume a que no entiendo tus idas y venidas, tus desequilibrios y tu caos. 
Estaba dispuesta a ser fonambulista en tu cuerda floja, pero tu misma me empujaste al vacío. La indiferencia por tu parte me hizo ver que no valía la pena seguir con esta farsa. 
Cada vez que volvías, me convencías. No obstante, tuve el valor necesario para quedarme contigo y aguantar lo que viniera. No salió bien. Que estuviera pendiente de ti te asustaba, no querías sentirte asfixiada ni agobiada, sin embargo nunca te exigí nada y aunque no lo creas, hace bastante que dejé de esperar algo de ti. Creo que no es el momento, que estás cansada antes de empezar, que ya nada te convence. He caído sola en esto. Pero ahora he decidido marcar yo el límite. Hasta aquí los días de desconcierto y tu locura transitoria. 
Como siempre, espero tu no-respuesta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario