sábado, 29 de junio de 2013

Ausencia

Ante todo, lo siento.
A esas personas que tanto me importáis y que he dejado bastante de lado últimamente.
Me siento en la obligación de aclararos el porqué de estar tan ausente estos días. Los motivos son simplemente que decidí encaminarme hacia la evasión y por poco hacia la autodestrucción. No se puede pretender pasar de todo cuando se está hecha mierda por dentro. Y sin embargo, al mismo tiempo he estado comiéndome mucho la cabeza, realmente por tonterías, pero me hacían estar mal. Y la gente que me conoce sabe que cuando estoy mal, me encierro en mi misma.
De modo que... lo siento, por preocuparos con mi actitud. Lo cierto es que no sé muy bien que hacer cuando me enfrento a situaciones como estas, en las que todo lo malo se te acumula, te agobias por todo y saltas a la mínima, pero la experiencia me dice que lo mejor es alejarse de todo, de lo malo para que no te afecte y de lo bueno para no afectarle tú. También sé exactamente qué personas de mi alrededor moverían montañas por mi y quien no movería ni un dedo. Gracias a los que pertenecéis al primer grupo, a los que vienen con ganas de sacarte una sonrisa y no de hundirte con más problemas. Gracias por entenderme cuando digo que no me apetece hablar.
Que sí, soy rara, pero no sé ser de otra manera y siempre es bueno sentirse comprendida. Que esas personas las cuento con los dedos de una mano y me sobran, pero me basta. No puedo deciros mucho más, simplemente que lo siento, que esto es algo pasajero y que trato de levantar cabeza. Todo objetivo que te propongas comienza dando un pequeño paso. En este caso soy yo quien debe darlo y sé que me costará. Agradeceré al que quiera quedarse a mi lado y el que venga a joder o a marear, que se vaya por donde ha venido.
Tengo ganas de volver a escribir, de distraerme, de estar motivada, pero hasta entonces creo que esto es todo lo que os puedo decir.

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