Ayer
pasó el pasado lentamente
con
su vacilación definitiva,
sabiéndote
infeliz y a la deriva,
con
tus dudas selladas en la frente.
Ayer
pasó el pasado por el puente
y
se llevó tu libertad cautiva,
cambiando
su silencio en carne viva
por
tus leves alarmas de inocente.
Ayer
pasó el pasado con su historia
y
su deshilachada incertidumbre,
con
su huella de espanto y de reproche
fue
haciendo del dolor una costumbre,
sembrando
de fracasos tu memoria
y
dejándote a solas con la noche.
MARIO
BENEDETTI
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