De
repente, el
golpe la tira al suelo.
Regresa a ver que ha pasado y descubre una piedra.
Tiene ganas de patearla y mandarla bien lejos, pero en su lugar la perdona y se la lleva consigo. La pinta de
colores, le canta canciones de amor. Finalmente decide sacarla a
pasear, para quitarle el miedo y cualquier rastro de violencia.
Pero la piedra se
encuentra con otra piedra, recuerda quién era y le abandona.
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