domingo, 31 de marzo de 2013

Tocada y hundida.


Llega un día en el que todos los problemas posibles se ponen de acuerdo para aparecer en tu vida y colapsar tu mente. 
Estallas. 
Mires donde mires, todo te hace daño. Sólo te apetece llorar y aunque te estén sucediendo cosas buenas, sólo encuentras motivos para seguir llorando.
Por suerte siempre está “esa canción”. Siempre tienes la posibilidad de cerrar la puerta, apagar la luz y desconectar del mundo por unos instantes. 
También tienes la suerte de tener siempre a alguien esperándote con una sonrisa para alegrarte el día. Siempre hay alguien que se preocupa por ti y por lo que te ocurre.
Al fin y al cabo, es eso lo que realmente importa y lo que te motiva a seguir adelante. 
A levantarte después de caer.
Lo cierto es que sufrimos mucho por lo que nos falta y disfrutamos poco de lo que tenemos.


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