Corazón,
cabeza, brazos y piernas, manos y pies, miembros inservibles en un
mundo de pensamientos mezclados con sentimientos...
No
ver, no oler, no hablar, no escuchar, no sentir... hay personas que
piensan que son discapacidades, a veces pienso que sería el mayor
don que se le podría otorgar a una persona.
El
dolor, que surge de todos estos sentidos, no se puede curar con una
simple medicina. Como antaño has de esperar a que pase y... aunque
hayas curado la herida, sabes que hay posibilidades de que vuelva a
doler de nuevo y quizás mucho peor que antes.
Cualquier
roce, el más mínimo susurro del elemento mas delicado, podría
desembocar en un mar de dolor, de sangre y de odio... sentimientos
confusos, maldad saturada y elevada a su máximo exponente.
El
tiempo, en definitiva, es un factor que alarga nuestro dolor a
extremos inimaginables. Sencillamente, si sufriéramos todo ese dolor
en un solo segundo de nuestra vida, moriríamos sintiendo el peor y
el más agudo dolor que pueda existir. Tal vez nos oprimiría el
pecho y no nos permitiría respirar...
Vida
y espíritu, gran confusión que yace en nuestro interior. Ese bebé
recién nacido, bello, limpio, angelical e inocente. Una criatura
que ve en sus ojos un mundo nuevo. Desde los inicios segundos de su
vida ya aprende a sufrir, con las primeras palmadas que recibe para
poder aspirar su primera bocanada de aire de este mundo infecto, que
más tarde pasará a ser su tumba. En dicho tiempo hasta su muerte,
recorrerá todo tipo de caminos: escarpados, lisos, con o sin
piedras, cuestas arriba o caídas sin fin... Se perderá entre la
maraña de caminos del destino, encontrará ayuda para volver al
camino que ha elegido y dependerá de él volver a perderse o
levantarse, rendirse o continuar. Expirar un último aliento por una
vida llena de sufrimientos y de dolor...
Cuando
quieras algo de esa sucia y perra vida, anhélalo, anhélalo como si
fuera el último hálito de aire que quedara en la tierra. Aférrate
a esa esperanza y jamás la sueltes, porque cabe la posibilidad de
perderla para siempre. No te salgas de tu camino, y si lo haces,
¡aprende! levántate y mira hacia delante. Los errores que has cometido te hacen ser como eres ahora. El pasado esta
para recordarlo, el presente para vivirlo, y el futuro para
esperarlo. Cuando quieras algo con todas tus fuerzas, el universo
entero conspirará para que lo consigas.
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