En
realidad no oculto gran cosa.
Si
te atrevieras a conocerme, descubrirías que no soy tan complicada,
que lo que más me gusta son los pequeños detalles de la vida.
Si
abrieras el primer cajón de mi escritorio, entenderías todas
aquellas cosas que quedaron por decir, papeles olvidados, recuerdos
difusos. E incluso si te atrevieras a abrir el armario blanco de la
cocina, te sorprenderías al ver que me encantan las galletitas de
Principe. Puede que si cogieras mi reproductor de música,
entendieras la necesidad que tengo de poner marcha en mi vida, mi necesidad de evasión. Mira por el objetivo de mi cámara y verás el mundo de la misma manera que yo lo hago, puede que así comprendas todos mis miedos, todas mis pasiones. E incluso es probable que si algún día
miraras la papelera de mi habitación, te asustaras, pues verías
todos los gritos que he estado callando. Adelánte, coge mis dibujos, y
entenderás que hablan de mí y de mi caótica vida, incluso cuando a
ti tan solo te parecen garabatos de locura . Ve, coge mi
álbum de fotos y sabrás de qué hablo cuando digo que no podría
vivir sin mis recuerdos y que soy como soy gracias a todo eso. Pasa tus dedos por mis delicadas manos y así
quizás entiendas que soy frágil y que continuamente me consumen los
nervios. Atrévete a conocerme, forma parte de mi vida y entenderás
que soy maniática de millones de cosas. Te asombrarías si te dijera
cuántas lágrimas derramé por alguien que no valía la pena, al
igual que no podría contarte las innumerables alegrías que me han ocurrido.
Pero, si quieres, olvídate de todo eso y tan solo mírame
a los ojos, ellos te dirán todo lo que no he escrito.
Wow. Tremendamente alucinante. Me gusta cómo te expresas.
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